UNA REFLEXIÓN PARA CADA
DÍA DE LA CUARESMA 2020
Se trata de que hagas
oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día";
después, leyendo con atención el "texto de cada día", charlas con
Dios y con María; por último, terminar rezando la "oración final".
Dos ideas previas:
1.
PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es
leer y ya está.
2.
LO QUE NO ESTÁ ESCRITO: ¿Sabes qué es lo mejor de este texto?
Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente,
tengas con Él.
ORACIÓN INICIAL PARA CADA
DÍA
Señor mío, Jesucristo,
creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo
ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE
la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto,
que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la
Misa ese sacrificio.
Y
AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy,
para ti nací! ¿Qué quieres, Señor, de mí?
ORACIÓN FINAL
No me mueve, mi Dios, para
quererte
el cielo que me tienes
prometido,
ni me mueve el infierno
tan temido
para dejar por eso de
ofenderte.
Tú me mueves, Señor;
muéveme el verte
clavado en la Cruz y
escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan
herido
muévenme tus afrentas y tu
muerte.
Muéveme, en fin, tu amor,
de tal manera,
que aunque no hubiera
cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera
infierno, te temiera.
No me tienes que dar
porque te quiera;
pues aunque lo que espero
no esperara,
lo mismo que te quiero te
quisiera.
Día 1º. MIÉRCOLES DE
CENIZA
(26 de febrero de 2020)
¿Por qué la cuaresma?.
¡Qué absurdo! Si te fijas, los hombres estamos continuamente con el Yo en la
boca: que si me han dicho, si siempre tengo que hacerlo yo, si me tienen manía,
si era mío o para mí, que si yo he metido el gol, si yo le dije y entonces ....
si me apetece a mí, qué pensarán de mí, ... y mil frases más que conjugan con
distintos verbos el Yo, a Mí, Mío.
Y hoy, miércoles de
ceniza, la Iglesia nos recuerda: polvo eres y en polvo te convertirás. ¿Sabes
qué quiere decir eso? Dios creó el cuerpo de Adán de la tierra, y nuestro
cuerpo volverá a ser tierra con la muerte. Y nuestra alma volverá a Dios:
a) Si es una persona que
ha amado a Dios se quedará disfrutando de Dios ya para siempre.
b) Y si es una persona que
ha amado el YO, lo MÍO y el A MI no podrá estar en el Cielo porque allí sólo
pueden ir los que han querido y quieren a Dios; y éstos también ya para
siempre.
Por eso empieza así la
Cuaresma: tenemos que ir amando a Dios y olvidando -matando- el Yo. Es tiempo
para recordar que mi cuerpo se convertirá en polvo; recordar que tengo que
cuidar la vida de mi alma; pedir más perdón por mis pecados; prepararme para recibir
la salvación y el amor de Jesús que conmemoramos en la Semana Santa.
Dile a la Virgen que te
gustaría vivir la Cuaresma como Ella quiere que lo hagas. Y pídele que te
recuerde y te ayude a hacer con cariño este rato de oración estos 40 días. Le
darás una alegría a Jesús. Se lo merece.
Ahora es el momento
importante, en el que tú hablas a Dios con tus palabras, comentándole algo de
lo que has leído. Cuando lo hayas hecho termina con la oración final.
Día 2º. JUEVES 27 de febrero de 2020
Santa Misa. A media tarde,
Jorge entra en la cocina como un huracán y le dice a su mujer: "Hola,
cariño... Voy a cambiarme. Felipe y yo vamos a jugar un partido de tenis antes
de que se haga de noche". "¡Pero, Jorge! -objeta su mujer- es muy
tarde y tenía preparada una excelente cena: carne a la borgoñesa, y verduras, y
una tarta de limón." "Lo siento, cariño -responde Jorge- tomaré un
bocadillo en un bar. Tómatelo tú..."
A los cinco minutos, Jorge
ya está en camino. Su mujer no puede reprimir el llanto.
"No me quiere",
solloza contemplando la excelente cena que había preparado a su marido.
Cualquier mujer que lea
esto simpatizará con la esposa de Jorge y hasta muchos hombres le darán la
razón, sin pensar que casi todos somos culpables de una falta de consideración
semejante, y en mucho mayor grado.
Falta de consideración con
Jesús. Desprecio de¡ amor que ha derrochado con nosotros. Indiferencia ante el
Gran Banquete -la Eucaristía, la Comunión- a que nos invita.
¿Vas a Misa siempre que
puedes? ¿Adelantas el estudio para poder ir a estar con tu Amigo acompañándole
en la Pasión, que eso es la Misa? Qué buen propósito: durante la Cuaresma ir a
Misa siempre que pueda, todos los días que me sea posible.
Lo que no está escrito es
ahora cuando puedes decírselo, comentando el texto que has leído y las
preguntas. Después termina con la oración final.
Día 3º. VIERNES 28 de febrero de 2020
Rechazar excusas. El
cardenal Mindszenty era cardenal en Hungría cuando este país fue tomado por los
comunistas. En seguida lo metieron en la cárcel, donde pasó muchos años, años
que fueron un martirio. Salió de la cárcel cuando Hungría se independizó de la
Rusia comunista; era ya muy mayor y murió al poco tiempo.
Durante los muchos años
que pasó encarcelado fue un ejemplo como cristiano por su fortaleza y fidelidad
a Dios y a la Iglesia. Una muestra, es, por ejemplo, su firmeza en vivir la
abstinencia, que es el mandamiento de la Iglesia que nos manda a los cristianos
mayores de 14 años, que vivamos la mortificación de no comer carne los viernes
de todo el año. Como sabes, fuera de la Cuaresma la abstinencia de carne se
puede sustituir por otro acto penitencial (oración, mortificación o limosna);
pero durante la cuaresma no.
Todos los viernes, y sólo
los viernes, le daban carne para comer y cenar. El cardenal sabía perfectamente
que en sus circunstancias no le obligaba esa ley de la Iglesia, pero jamás
tomaba aquella carne. Quería libremente vivir aquella mortificación.
En sus
"memorias" escribe este diálogo con el Comandante de la prisión, un
día en que el policía no pudo aguantar más aquella actitud:
- ¿Cree usted que son los
presos quienes dictan el reglamento en la cárcel?
- No; no creo semejante
cosa.
- Pues entonces coma lo
que se le da.
- Los viernes no como
carne.
- No le daré otra cosa.
- Tampoco pido que me dé
otra comida. Pero si me da carne no la comeré los viernes.
- En tal caso, le
castigaré.
- Estoy dispuesto a
aceptar cualquier castigo.
Aquel día la comida se
quedó sobre la mesa. Se la llevaron poco antes de la cena, que también
consistió en un poco de carne, La escena se repitió en los sucesivos viernes,
hasta que acabaron por dársela los domingos.
Puedes decirle ahora a
Dios lo que sigue, pero dándote cuenta de que le estás hablando y ÉL te está
escuchando.
Señor, cuántas veces yo tengo compasión de
mí mismo, y me busco excusas para no mortificarme, o no obedecer a mi madre la
iglesia. A veces, por el deporte o por el estudio soy capaz de esforzarme y
sufrir, y sin embargo cuando lo tengo que hacer por ti me echo para atrás. Si
te amase más, sería más generoso y fuerte. Te amo, Señor, pero quiero amarte
más. La próxima vez que ante una mortificación me venga a la cabeza una excusa,
la rechazaré "porque te quiero". Y, en concreto, seré en la
abstinencia de comer carne porque te quiero.
Día 4º. SÁBADO 29 de febrero de 2020
Su Cruz y mi Cruz. La cruz
de Cristo no era sólo el leño que llevó a cuestas y en el que murió. La cruz de
Jesús fue, junto a ésa, el dolor de la soledad, las injusticias que sufrió, los
insultos que recibió... Los de aquel momento y los de toda la historia. El
dolor que siente por lo que yo he hecho mal hoy contra otra persona, o contra
mí mismo o contra Él. Esa es su cruz. Por eso yo soy RESPONSABLE DE LA CRUZ DE
JESÚS.
Y mi cruz de cada día, la
que tengo que coger para seguirle, no es un leño de madera. Mi cruz es el dolor
de la enfermedad, las injusticias que sufro, el cansancio en el trabajo, el
dolor que me supone luchar contra la pereza, el esfuerzo por ser generoso
-porque me cuesta dar mis cosas-. Mi Cruz es trabajar bien cuando no me
apetece. Y saber pisotearme y obedecer cuando no quiero, y...
Mi cruz es el DOLOR QUE
SUPONE A VECES ACTUAR DE ACUERDO CON EL AMAR A DIOS, CON EL AMAR A LOS DEMÁS
-más que a mí mismo- y CON EL AMARME BIEN A Mí MISMO ¿para perfeccionarme y no
destruirme?.
Durante esta cuaresma,
Señor, quiero coger mi cruz de cada día porque quiero seguirte. ¡Que sea
generoso, Dios mío!
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 5º. DOMINGO 1 de marzo de 2020
Confesión. Papá y mamá
están ocupados trabajando en el jardín y ruegan a la pequeña Sofía, su hija,
que ponga la mesa. Sofía, que está viendo su programa favorito de televisión,
dice que sí, pero continúa ante el televisor, de tal forma que cuando sus
padres entran en casa, la mesa no está puesta. Aquello desagrada a los padres,
pero no les ofende, porque en la desobediencia de Sofía ha habido poco interés,
descuido, poca malicia, ir a lo suyo en algo pequeño.
Una noche, sin embargo,
Vanesa, la hija mayor, ya en la puerta, se enfrenta a sus padres y les dice:
"¡Ya estoy harta de que me digáis a qué hora tengo que regresar. Volveré
cuando me apetezca, os guste o no!". Y, dando un portazo, desaparece. En
este caso, está claro que hay mayor malicia, una desobediencia buscada y
querida, que lleva consigo desprecio a los padres y rechazo de su autoridad.
Entre la desobediencia de Sofía y la de Vanesa, hay una diferencia. Pues bien,
tal es la diferencia que existe, desde el punto de vista de Dios, entre el
pecado mortal y el pecado venial; una diferencia inconmensurable. El pecado
mortal mata la presencia de Dios en mí; rompe y destruye mi relación con Dios:
le doy un portazo y desaparezco.
Señor, te pido que me
ayudes a darme cada vez más cuenta de que mis pecados, son actos míos que te
duelen a ti, momentos en los que paso de ti, elijo lo que a mí me viene bien,
dejándote a ti o a otros de lado; y por lo tanto mis pecados te duelen. Dame
dolor de mis pecados, dolor de amor.
¿Esperas más de un día
para confesarte si has cometido algún pecado mortal? ¿ Te duelen de verdad los
pecados veniales? ¡Madre mía, antes morir que pecar!
Continúa
hablándole a Dios con tus palabras
Día 6º. LUNES 2 de marzo de 2020
A Dios le afecta todo,
porque lo ve todo. Felipe, uno de los apóstoles, era amigo de Natanael, y le
dice a éste que quiere presentarle a Jesús, porque era el Hijo de Dios.
Natanael duda mucho que un carpintero de un pueblucho como Nazareth, pudiese
ser el Mesías. Pero Felipe se lo presenta, y con una frase de Jesús, Natanael
se convirtió. Y ésta fue la frase: CUANDO ESTABAS DEBAJO DE LA HIGUERA, TE VÍ.
Algo habría hecho Natanael
debajo de la higuera. No sabemos qué. Lo había hecho a solas, algo que nadie
sabía. Pero resulta que, a pesar de haberse asegurado para estar solo, resulta
que Jesús le vio. Y alguien que ve lo que sólo yo sé y hago, ése tiene que ser
Dios. Por eso le contesta Natanael a Jesús: Tú eres el Hijo de Dios.
Esta mañana cuando te has
despertado, Dios te estaba viendo. Y lo que has pensado cuando ese amigo te ha
dicho tal cosa, Dios lo ha visto. Y eso que has guardado para que no te lo
pidiesen, Dios te lo ha visto. Y ese esfuerzo por sonreír a ése que te cae mal,
Dios lo ha visto... Y COMO DIOS VE TODO LO TUYO, TODO LO TUYO LE AFECTA.
Dios mío, que me dé cuenta
de que todo el día y toda la noche estoy en Tu presencia. ¡Cuántas alegrías
puedo darte en un día! ¡y cuánto dolor puedo causarte también en un día! ¡Creo
que me ves y que me oyes! Gracias, y auméntame la fe.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 7º. MARTES 3 de marzo de 2020
Pecado. Siempre que hablo
del pecado, sobre todo del pecado mortal, viene a mi mente el triste recuerdo
de una tragedia que presencié un día. Un niño de unos tres años corría por el
césped del jardín de su casa, perseguido por su madre: "¡Ven aquí, Jimmy!",
gritaba ésta. "¡No atravieses el seto!". Pero Jimmy no le hizo ningún
caso. Traspasó el seto y sorteó hábilmente los automóviles estacionados en la
calzada, hasta que un coche que pasaba le lanzó por los aires. Su cuerpecillo
roto fue a caer casi en brazos de su madre.
Dejando aparte el hecho de
que Jimmy era demasiado joven para responder de sus actos, la escena recuerda
mucho la actitud de Dios con los pecadores. "¡Ven aquí, ven aquí!",
grita ansiosamente, con su gracia, cuando un alma corre hacia el pecado. Pero
el pecador, ajeno a todo lo que no sea su deseo, hace oídos sordos a la voz de
Dios y sale voluntariamente al encuentro de la muerte. La estupidez es un
elemento siempre presente en el pecado.
Señor, no quiero
ofenderte, pero a veces me olvido de Ti y, cuando llega el momento me vence la
estupidez. Perdona, Señor, desde ahora con tu gracia odiaré el pecado, también
los pequeños, y te pediré perdón por ellos en la confesión.
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 8º. MIÉRCOLES 4 de marzo de 2020
Dios no se asusta de mí.
Quizá hayas visto la película "Tarzán en Nueva York". Describe las
divertidas aventuras de Tarzán y Chita cuando son trasladados en avión desde la
selva a la ciudad de los rascacielos, donde todo les llena de asombro y les
ocurren mil peripecias.
Chita protagoniza una de
las sorpresas: al llegar a la habitación del hotel ve reflejada su fea cara
sobre el gran espejo del armario. El susto fue tan descomunal que, lanzando un
terrible bramido presa de pavor, salió corriendo: no se imaginaba que aquel
feísimo "monstruo" que ha visto en la habitación es su propia imagen
reflejada en el espejo.
La escena acaba bien:
Chita se refugió en los brazos de Tarzán, que la cogió con afecto, calmándola
con sus caricias. Y es que Tarzán quería a Chita como era: con sus pelos negros
y largos, su rostro de irracional y su mirada extraviada.
Dios nos quiere a cada uno
de nosotros infinitamente más: sabe mejor que nadie cómo somos; conoce nuestros
fallos; no ignora que somos miserables y que tenemos muchos defectos. Nos
conoce mucho mejor que podemos conocernos a nosotros mismos, y tiene en cuenta
nuestras cosas buenas y nuestros deseos de mejorar.
Dios no se asusta de
nuestras fealdades.
Gracias, Dios mío, porque
me quieres a mí y a cada uno más que todas las madres del mundo puedan querer a
sus hijos; no te asustas ante nuestras torpezas, ni ante nuestras miserias, y
nos acoges con un cariño infinitamente mayor que el que tenía Tarzán a Chita.
El problema es que cuando yo voy descubriendo lo feo que soy (mis limitaciones,
fallos, miserias, etc) me puedo "medio asustar" y pensar que no me es
posible ser santo, que no puedo estar cerca de ti, entonces puedo desanimarme,
olvidarme de que Tú me quieres como soy, y alejarme de Ti. Que no me pase esto,
Señor. Si alguna vez me alejo de Ti, volveré corriendo a tu lado contándote lo
que me pasa.
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 9º. JUEVES 5 de marzo de 2020
Conversión. La Cuaresma es
buen momento para una profunda conversión. Conversión significa cambiar la
dirección de tu vida, quizá perezosa, quizá facilona. ¡Cuántas veces buscas la
felicidad en una vida cómoda! Y sabemos que para alcanzar la felicidad lo que
se necesita es amor, servicio a los demás, corazón que se da. Es una paradoja:
para vivir y ser feliz, hay que morir, no buscar la felicidad cómodamente. Para
tener hay que dar. Ahora Jesús puede ayudarte. Te propongo un cambio en
concreto, por si te sirve: morir a la ley del gusto.
Debes morir a la ley del
gusto: Hacer las cosas porque me gusta, me apetece, me va bien.... Un cristiano
hace las cosas por dar gusto a Jesús: Porque le gustará a Jesús, le dará una
alegría, le interesará que yo haga esto, o lo otro.
Madre mía, que siempre
actúe para darle gusto a tu Hijo; que muera a la ley del gusto mío. Esta es la
elección que tengo que hacer vivir esclavo de mis caprichos, o vivir con la
ilusión de hacerme esclavo de Dios. Prefiero esto último, María, pero ayúdame.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 10º. VIERNES 6 de marzo de 2020
Rezaba por los
secuestradores. El 12 de abril de 1993 secuestran a una joven madrileña, Anabel
Segura, mientras hace footing cerca de su casa. Después de dos años de
secuestro encontraron su cuerpo ya sin vida. Su padre, José, es un ejemplo como
persona y como cristiano. Transcribo unas preguntas de una entrevista que le
hacen en Mundo Cristiano:
- Dos años y medio: ¿en
qué es distinto ahora don José Segura, el padre de Anabel?
- En la fe, sin duda.
- Pero esa fe, a mí me
parece que no es de ahora.
- No, desde luego. A
nosotros nos viene de familia, pero se hace más profunda; situaciones como ésta
te sirven para acercarte más. Lógicamente hay momentos de duda, o mejor de
desconcierto: ¿cómo puede Dios permitir algunas cosas? Pero uno, en el fondo de
su alma, sabe que Dios sabe más.
¿Y nunca la rebelión?
¿Puede uno no rebelarse?
Mi experiencia es que se
puede: no sé cómo, pero con la ayuda de Dios, yo he podido no rebelarme.
¿Pero el odio? ¿Se puede
sin ser un héroe vencer al odio?
Odio no hemos tenido
nunca. Me lo preguntaba un periodista en los primeros días, en esta misma sala,
cuando los ánimos estaban más alterados, y le tuve que dar la misma respuesta.
A usted quizá se lo puedo explicar más y sé que me entenderá: desde el
principio he pedido al Señor por Anabel y por sus secuestradores, unas veces
antes por Anabel y otras veces antes por ellos, por si Dios les tocaba el
corazón. Desde el principio. Lógicamente, en la sociedad española hay unas
reglas de juego, unas normas y unas leyes y según esas leyes tendrán que ser
juzgados,
Odio no. Pienso que si su
mente funciona bien, estarán sufriendo ahora tanto como sufro yo. Por muy
especiales que sean, es imposible que estén tranquilos, que puedan dormir bien.
Sobre todo, si no pueden rezar, si no tienen confianza en alguien, si no pueden
abrirse a nadie.
Señor, creo en Ti. ¡Cómo
ayudas a los tuyos para que se comporten como lo hubieses hecho Tú! Cuando no
entienda algo, que en el fondo de mi alma sepa que Tú sabes más. Que ame y rece
por los que no me quieren o los que obran contra mi. ¡Amar al enemigo! Eso
quiero. Solo podré con tu ayuda. ¡María, ayuda a tus hijos!
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 11º. SÁBADO 7 de marzo de 2020
Muerte. Tal vez hayas
asistido alguna vez a la proyección de un video en casa de un amigo que quiere
mostrarte lo mucho que ha disfrutado en su último viaje por el Caribe. De
repente, para hacerse el gracioso, da el interruptor y la cinta se detiene; en
la pantalla queda la imagen congelada en su acción: Una expresión bobalicona,
un ceño fruncido, una ingenua sonrisa... Resulta cómico y todo el mundo se ríe.
Sin embargo, no nos entrará la risa cuando Dios interrumpa la cinta de nuestra
vida y quedemos captados para siempre en nuestra fealdad o en nuestra
hermosura. Por eso debemos estar preparados, en gracia, para recibir a la
muerte, que es un cambio de casa. Por eso repetía Jesús: Velad y orad, porque
no sabéis el día ni la hora.
¿Eres consciente de que
Jesús puede que te llame en cualquier momento? ¿y de que vale la pena morir
bien porque comparado con la tierra el cielo dura infinitamente más?
Madre mía, ayúdame a estar
preparado para cuando me llame Jesús. Pero no de cualquier manera: con toda la
gracia que me sea posible. Tú eres la llena de gracia, esto es, que Dios te
llenaba, no había nada tuyo personal que se opusiese a Dios; El hacía a través
de ti todo lo que quería, porque le dejabas. Así quiero vivir y morir yo.
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 12º. DOMINGO 8 de marzo de 2020
Tendremos una eternidad
para descansar. "Cualquier persona -ha dicho Joaquín Navarro Valls,
portavoz oficial de la Santa Sede hablando de Juan Pablo II- con mucha menos
responsabilidad que la que él soporta, tiene su sistema de descanso, su fin de
semana intocable, su deporte, cosas todas ellas que probablemente son
necesarias. En el caso del Papa, nada de eso existe. Su único descanso es la
posibilidad de caminar por una terraza que hay encima de su apartamento. En
diez años de pontificado, en total serán cuatro las veces que ha podido salir
un día a la montaña. Cuando alguna vez le han dicho: "Santo Padre, está
cansado ... ", la respuesta que ha dado en tono humorístico ha sido:
"Tendremos una eternidad para descansar".
Como ha dicho, también con
humor, André Frossard, "hasta ahora, el único medio que se ha descubierto
para obligarle a dejar el trabajo es la anestesia total".
Y decía en Uruguay:
Jesucristo, nuestro Señor, es también nuestro guía y modelo.
"Todo lo hizo
bien" decían de Él las gentes. Cada uno de nosotros -asumida por la fe
nuestra condición de hijos de Dios en Cristo- hemos de esforzarnos por seguir
sus huellas en el trabajo de cada día. Como leemos en el Antiguo Testamento, no
se le deben hacer a Dios ofrendas defectuosas. Los cristianos serán verdaderamente
"sal de la tierra" y "luz del mundo", si saben dar a su
trabajo la calidad humana de una obra bien hecha, con amor de Dios y con
espíritu de servicio al prójimo".
Señor, quiero trabajar en
serio. Y cuando esté cansado, también. A partir de ahora, cuando empiece a
trabajar te lo ofreceré, te lo regalaré. Por eso intentaré que no sea
defectuoso, sino algo bien hecho. Y ya, sólo porque es mi regalo para Ti, mi
trabajo es importante. Este es mi propósito: en cuaresma trabajar bien por Ti.
Y cansarme trabajando.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 13º. LUNES 9 de marzo de 2020
Amar al enemigo. Perdonar
todo y siempre. El 13 de mayo de 1981, fiesta de la Virgen de Fátima, miles de
personas acuden a la plaza de San Pedro para ver a Juan Pablo II. Una niña
rubia con un globo azul levanta sus manitas al Papa, que la toma en sus brazos
y la levanta en alto sonriente. "Nada hacía presentir -comenta el
secretario del Papa, don Estanislao- lo que iba a suceder. Cuando el Santo
Padre daba la segunda vuelta a la plaza, el turco Alí Agca disparó contra él, (
... ). Yo estaba sentado como de costumbre detrás de¡ Santo Padre, y la bala, a
pesar de su fuerza, cayó entre nosotros en el automóvil, a mis pies. La otra
rozó el codo derecho, quemó la piel y fue a herir a otras personas ( ...
)".
"¿Qué pensé? Nadie
creía que una cosa así fuera posible ( ... ) Vi que el Santo Padre había sido
alcanzado. Entonces le pregunté:
¿Dónde está herido?"
Me respondió: "En el vientre". Todavía le pregunté: "¿Es
doloroso?". Y me respondió: "Sí"."
"El Santo Padre no
nos miraba. Con los ojos cerrados, sufría mucho y repetía breves plegarias
exclamatorias. Si no recuerdo mal, eran sobre todo: "¡María, Madre mía!
¡María, Madre mía!."
"Cuando llegamos al
hospital todo era confusión. Una cosa era prepararse para recibir a un Papa, y
otra verle llegar exangüe e inconsciente La operación duró cinco horas y veinte
minutos, el pulso era casi imperceptible. Todos temíamos lo peor. Le administré
el sacramento de la Unción, justo antes de la intervención. El Santo Padre
estaba inconsciente."
"La esperanza renació
durante la operación gradualmente. Al principio parecía que la muerte era
inevitable: el Santo Padre había perdido las tres cuartas partes de su
sangre".
"Es extraordinario
que la bala no destruyese en su trayectoria ningún órgano esencial. Una bala de
nueve milímetros es un proyectil de una brutalidad inaudita. Para no causar
daños irreparables en una parte tan compleja del cuerpo, tuvo que seguir una
trayectoria improbable. Pasó a unos milímetros de la aorta. Si la hubiera
alcanzado, habría sido la muerte instantánea. No tocó la espina dorsal ni
ningún punto vital. Digamos, entre nosotros, milagrosamente. "
El Papa estuvo en serio
peligro de muerte hasta el 15 de julio. Pero en cuanto pudo, Juan Pablo II se
desplazó hasta la cárcel donde estaba prisionero Alí Agca, quien le disparó.
Habló con él, a solas, durante mucho tiempo. Le perdonó. Le ayudó.
Señor, qué ejemplo para
mí. Como Tú, que perdonaste desde la Cruz a los que crucificaban:
"Perdónales, Padre". iQue perdone siempre! ¡Ayúdame! Como cristiano
no puedo guardar rencor nunca, me hagan lo que me hagan.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 14º. MARTES 10 de marzo de 2020
Callar. Después de ser
condenado, Pilatos ordena que azoten a Jesús. Dos soldados brutales descargan
toda su fuerza sobre la espalda de Jesús. Noventa golpes pueden contarse en la
sábana santa. Cada látigo tenía varias cuerdas y la punta de las cuerdas poseía
pequeños trozos de plomo sin pulir, con puntas y salientes que hirieron todo el
cuerpo de nuestro Dios. Jesús lo sufrió por ti y por mí. Era tan doloroso que
muchos de los condenados morían en la flagelación. María, nuestra madre, lo ve
todo y sufre, pero se calla, porque quiere que Jesús nos salve y para ello debe
morir.
Madre, haz que sepa
callar; no contestar a mis padres, no protestar, no decir siempre la última
palabra. Aunque sea injusto, o tenga motivos para protestar.. que me calle.
También Tú podrías haber dicho muchas cosas, y te callaste. Me cuesta pero
ayúdame: que sepa callar.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 15º. MIÉRCOLES 11 de marzo de 2020
Se curó el monstruo. Lo
escribía J. Urteaga: "Ocurrió en un pueblo español. Intervienen como
protagonistas: un muchacho enfermo, su familia, una ermita dedicada a Santa
María y muchas súplicas.
El chico tiene 14 años,
era alegre, dinámico, dicharachero, incapaz de estarse quieto un instante, deportista...;
en muy poco tiempo el muchacho ha sufrido un cambio espectacular. Una parálisis
progresiva le tiene inmovilizado en un sillón de ruedas. Toda aquella alegría
contagiosa se ha transformado en un infierno, especialmente para la familia; en
lo humano es inútil, en lo espiritual un pequeño monstruo egoísta. Todos deben
servirle, cuidarle, atenderle, desvivirse por él. Todo es poco.
Una luz se ha encendido en
el alma de su madre. Le llevaran a la ermita. Rezarán a la Virgen. Le pedirán
su curación. Se hará el milagro.
Llegó el día. Ante la reja
hay una madre que habla en voz alta con la Virgen, sin que le importe ni poco
ni mucho que haya gente en su entorno.
¡María, tienes que cuidar
a mi hija! ¡Es mi pequeña! Cúrala María. Que fallen los diagnósticos. ¡Qué no
sea cáncer! Esta niña es todo lo que tengo en mi vida. ¡Cómo te la vas a
llevar! ¡María, que no sea cáncer! Ella también te lo pide. Me ha dicho que
venga a rezarte a la ermita. ¡Anda, María, que no sea cáncer!
Poco después, aquella
madre angustiada, santiguándose, abandonó la reja de la ermita.
Es ahora cuando la otra
madre, la de nuestro muchacho, se acerca para decirle, al tiempo, con miedo y
con dulzura:
¡Hijo!, ¿ya has Pedido a
la Virgen ... ?
Y se realiza el portento.
- Sí, mamá. He pedido la curación...
He pedido a la Virgen que no sea cáncer.
Señor, a veces yo también
soy un auténtico monstruo por el egoísmo. Si ser cristiano es parecerse a Ti...
me tienes que cambiar. ¡Qué piense en los demás! ¡que haga más por los demás
que por mi! ¡que ayude, que haga favores, que me dé cuenta de lo que necesitan
o de lo que podría alegrarles! ¡Cúrame, Madre mía, y dame mi corazón generoso!
Gracias.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 16º. JUEVES 12 de marzo de 2020
Vocación. El director de
una película de cine está ocupado en la tarea de escoger una actriz para
protagonista de la película. Está sentado frente a su mesa de trabajo, sobre la
cual yacen desplegadas docenas de fotografías facilitadas por los agentes cinematográficos.
Al cabo de un rato, escoge una de ellas, la contempla detenidamente y dice a su
secretaria: "Sí, éste es el tipo de mujer que necesito, llámela y cítela
aquí mañana". Ni que decir tiene que hay una inmensa diferencia entre un
director cinematográfico y Dios, entre Hollywood y el Cielo. Con todo, a través
de este ejemplo podemos hacernos una idea de la razón de ser de nuestra
existencia. Allá, en lo más profundo de la eternidad, Dios planeó el universo
entero y escogió a los protagonistas del gran argumento que habría de
desarrollarse hasta el fin de los tiempos. Ante su divina mente fueron
desfilando las fotografías de las almas ilimitadas en número que él podía
crear.
Cuando se topó con tu
imagen, se detuvo y dijo: "Quiero darle mi vida a esta persona, para que
sea feliz. La necesito para que desarrolle un papel único, personal, y luego,
goce de mi presencia durante toda la eternidad... Sí, la voy a crear".
Ahora ya sabes cuál es tu misión. Eres el protagonista. De que tú hagas o dejes
de hacer lo que Dios ha pensado para ti depende que muchas personas sean
felices o no, se salven o no. Tus amigos necesitan que les ayudes a conocer a
Jesús.
Madre mía, que como tú,
diga a Jesús que sí en los planes que Él tiene para mí. Señor, quiero lo que
quieras, quiero cuando quieras, quiero como quieras, quiero mientras quieras.
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído, Después termina con la oración final.
Día 17º. VIERNES 13 de marzo de 2020
Amar hasta el martirio.
Los bandidos encuentran al padre Bressini en Canadá con un ladrón que se
acababa de convertir al cristianismo, y a los dos los torturan. Fue un martirio
lento y refinado: Un día es una uña arrancada, al día siguiente la falange de
un dedo y así durante semanas. El padre Bressin¡ mandaba escribir así al
Superior de los jesuitas: "No me queda más que un dedo entero, me han
arrancado algunas uñas con los dientes. En seis veces han quemado seis
falanges. Sólo en las manos me han aplicado el fuego y el hierro más de dieciocho
veces y me obligaban a cantar durante el suplicio".
Cuando le tocó el suplicio
al ladrón decía: "Padre Bressini, ya no puedo más. Veo que voy a flaquear.
¡Pronto, pronto, Padre, muéstrame tus manos! Ellas me dicen cómo hay que amar a
Dios".
Cuando miramos un
crucifijo, al ver clavadas las manos y los pies y la cabeza con las espinas
deberíamos decir como el joven ladrón:
"En tu Cruz veo cómo
me has amado, Señor. Tus llagas me darán fuerzas para seguir aguantando
-amando- las pequeñas cruces que permitas en mi vida".
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 18º. SÁBADO 14 de marzo de 2020
No mucho: ¡todo! Habrás
visto la película de "Los 7 magníficos": A Yul Briner le quieren
contratar unos mejicanos para que les defienda de unos bandidos; son campesinos;
muy pobres. Le ofrecen todo lo que tienen, envuelto en un paño. Yul lo ve y
dice: "Siempre me han ofrecido mucho, pero nunca todo". Aceptó,
¡claro! Dile ahora a Jesús: Con lo que Tú me amas (has dado la vida por mí), no
puedo quedarme corto dándote sólo muchas cosas; te doy toda mi vida: quiero
todo lo que Tú quieras.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 19º. DOMINGO 15 de
marzo de 2020
Tres formas de hacer daño
a Dios. Hay tres formas de hacer sufrir y llorar a una madre. Además de la más
elemental, que sería atacarle a ella directamente: golpeándola o insultándola,
hay otras dos en las que le podemos hacer sufrir igualmente. Una de ellas es
hacer algo malo a mi hermano. Si yo le doy una paliza a un hermano mío, y mi
madre se entera, le dolerá incluso más que si le maltrato a ella.
Otra forma de hacerle
sufrir es hacer algo que sea malo para mí, algo que me empeore. Como mi madre
me quiere eso le dolerá. Imagínate que ve cómo te cortas un brazo: no lo
aguantaría.
Dios te ve siempre -no
como un espía sino como alguien que te quiere mucho- y sufre cada vez que te ve
hacer algo QUE HACE DAÑO A OTRA PERSONA, porque esa otra persona es hija de Él
y cada vez que te ve HACERTE DAÑO A TI MISMO, y cada vez que te ve hacer algo
QUE LE HACE DAÑO A ÉL. Por eso es bueno que todas las noches, cuando te
acuestes, hagas un repaso del día, un examen de conciencia, y pidas perdón a
Dios por esas cosas que Él ha visto y no le han gustado.
El examen de conciencia lo
puedes hacer así: ¿Cómo me he portado con Dios? ¿Cómo me he portado con los
demás? ¿Cómo me he portado conmigo mismo? Dios mío, a partir de ahora haré el
examen todas las noches. Y te pediré perdón por el daño que haya hecho cada día
de alguna de estas tres formas. Y también te agradeceré tu compañía.
¡Recuérdamelo!, y gracias.
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 20º. LUNES 16 de marzo de 2020
El pobre es el egoísta.
"Hay diversas clases de pobreza -cuenta la madre Teresa de Calcuta-. En la
India hay gente que muere de hambre. Un puñado de arroz es precioso,
valiosísimo. En los países occidentales, sin embargo, no hay pobreza en ese
sentido. Nadie muere de hambre y ni siquiera abundan los pobres como en la
India... Pero existe otra clase de pobreza, la del espíritu que es mucho peor.
La gente no cree en Dios, no reza, no ama, va a lo suyo... Es una pobreza del
alma, una sequedad del corazón que resulta mucho más difícil de
"remediar".
¿Puedes tener tú esa
pobreza? Pídeles a Jesús y a María que nunca caigas en esa pobreza de espíritu;
que te ayuden a quererles cada día más y a acudir a ellos ante cualquier
necesidad, y que te ayuden a querer a los demás. ¡Jesús, María, que no olvide
rezar ni por la noche ni al levantarme! Que sea generoso: porque el
verdaderamente "pobre" es el egoísta.
Continúa hablando a Dios
con tus palabras
Día 21º. MARTES 17 de
marzo de 2020
Confesiones descuidadas.
Cuentan que un obrero había encontrado un billete de mil dólares; no le llamó
mucho la atención porque en América los billetes son iguales aunque tengan más
valor y aquel papelito no le impresionó demasiado. Se lo guardó en un bolsillo,
varios días más tarde, al pasar por un Banco, entró a preguntar cuánto valía.
Casi se desmaya cuando se
lo dijeron, pues la suma equivalía a tres meses de su jornal...
No es raro encontrarse con
gente que no sabe lo que tiene; puede ser un cuadro de un pintor famoso, un
objeto antiguo, unas monedas raras, unos sellos valiosísimos... Cuando nos
enteramos, solemos sentir una especie de envidia. No se nos ocurre pensar que nosotros
también tenemos un tesoro que quizá no apreciamos: El Sacramento de la
Penitencia. Tal vez al recibirlo frecuentemente y sepamos que no sólo sirve
para perdonar los pecados graves, sino también los leves; que aumenta la gracia
santificante y nos proporciona una gracia especial para rechazar las
tentaciones... Sin embargo, a lo mejor nos parece que no nos aprovecha
demasiado, que no nos hace mejores; que nos acusamos una y otra vez de los
mismos pecados, inútilmente... Si eso pensamos, lo más probable es que nuestras
confesiones no sean buenas. La Penitencia es un sacramento que Jesús pagó con
su vida. Debemos cuidar todo lo que tiene que ver con la confesión.
¿Hago bien el examen?
¿Pido perdón con dolor? ¿Digo los pecados en concreto y también los veniales?
¿Hago propósito de no volver a cometerlos? ¿Cumplo la penitencia?
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 22º. MIÉRCOLES 18 de
marzo de 2020
Desagravio. ¡Señor
perdónales porque no saben lo que hacen! Estas fueron casi las últimas palabras
que Jesús dijo antes de morir en la Cruz. Dios perdona siempre que le pedimos
perdón, pero desafortunadamente no todos los hombres tienen la costumbre de
pedir perdón y de terminar con cosas o actitudes que ofendan al Señor. Ese cine
que proyecta películas desaconsejadas, una conversación salida de tono, cuando
se leen noticias en las que se informa de alguien que asesina o secuestra,
cuando te enteras de alguien que roba o engaña, cuando pasas por delante de uno
de esos sitios en los que se ofende a Dios, ¿te acuerdas de pedir perdón por
esa gente que no sabe lo que hace? ¡Jesús perdónales porque no se dan cuenta!
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de o que has leído. Después termina con la oración final.
Día 23º. JUEVES 19 de
marzo de 2020
Héroes anónimos. "Soy
consciente, rezaba Newman, de que a pesar de mis faltas, deseo vivir y morir
para gloria de Dios. Deseo entregarme completamente a Él como instrumento suyo
para la tarea que quiera y a costa de cualquier sacrificio personal".
Hoy puedes hacer tuya la
oración de Newman, converso inglés que tanto hizo por la Iglesia de su país:
¡Señor, aunque no valga nada, aquí estoy para hacer, por Ti, lo que quieras!
Te copio parte de un
artículo de B. Tierno y te animo a que quieras ser, haciendo favores
"normales", un héroe anónimo: "Jamás pensé que estar en contacto
con la enfermedad y el sufrimiento de los demás podría hacerme tanto bien.
Estando de camillero en Lourdes, una señora, medio ciega y sin piernas, rezaba
el rosario. Como advertí preocupación en su rostro, le pregunté qué le apenaba.
Ella me respondió: "Me entristece este pobre hombre de la camilla de al
lado". Se me hizo un nudo en la garganta y pensé, ¡Dios mío! Ella sí que
está físicamente mal y, sin embargo, no piensa en sí misma.
Esta aleccionadora
experiencia me la contaba hace unos días en San Sebastián el propio
protagonista, Luis, un hombre de mediana edad que, desde hace años, junto con
su esposa, asiste como camillero voluntario a los enfermos que peregrinan a
Lourdes. Tantas personas anónimas, la mayoría donantes de sangre, como Luis,
que no desaprovechan la menor ocasión que se les presenta para ayudar según sus
posibilidades, son héroes anónimos.
Tú nos explicaste que lo
que hacemos con los demás lo hacemos contigo. Por eso trataré de ser generoso,
Jesús, con los demás. En concreto estos días de Cuaresma procuraré hacer muchos
favores. Recuérdamelo, por favor, y que sepas que los haré por amor a ti y a
ellos. ¡Cada día, al menos, un buen favor!
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 24º. VIERNES 20 de
marzo de 2020
Acción de Gracias. Como
sabes, cuando comemos algo, durante un rato sigue siendo lo que es, pero pasado
un tiempo pierde su identidad y lo convertimos en organismo de nuestro cuerpo.
Por eso, después de comulgar y por un tiempo aproximado de diez minutos, tenemos
a Jesús dentro de nosotros, al mismo que convertía el agua en vino, que sanaba
a ciegos y cojos, al mismo que murió clavado en la Cruz para perdonarnos de
nuestros pecados. Por eso, ¿por qué no aprovechas al acabar la Misa para
quedarte un rato sentado hablando tranquilamente con Él, que está físicamente
dentro de ti? Es el mejor momento para darle gracias por todo lo que te ha dado
en tu vida, para pedirle por tus familiares y amigos, para pedirle perdón por
tus pecados y para pedirle que te ayude a sacar adelante aquellas cosas que
necesitas.
¡Gracias, perdón y ayúdame
más!
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 25º. SÁBADO 21 de
marzo de 2020
Saludar Sagrarios. Muchos
decían a santa Teresa que les hubiese gustado vivir en los tiempos de Jesús.
Ella les respondía que no entendía bien por qué, pues poca o ninguna diferencia
había entre aquel Jesús y el Jesús que está en el Sagrario.
Dale gracias por haberse
quedado. Pero dáselas con obras. Cada vez que haces una genuflexión delante del
Sagrario, que la hagas bien y diciéndole por dentro: ¡te amo, Jesús; gracias!
Que comulgues bien preparado y muchas veces, siempre que te sea posible. Que le
visites todos los días...
Si cuando realizas un
viaje en coche, en metro, en autobús, te fijaras en la cantidad de iglesias que
dejas por el camino, te darías cuenta de que el Señor está en muchos sagrarios
que te pasan desapercibidos. Pero no hace falta irse de viaje. Tenemos al Señor
muy cerca de nosotros: en el oratorio del colegio, en la iglesia que podamos
tener al lado de casa...
Te recomiendo un
propósito: cada vez que pases cerca de una iglesia dile al Señor en el
sagrario: ¡Jesús, sé que estás ahí!; o le puedes rezar una comunión espiritual:
Yo quisiera, Señor, recibiros, con aquella pureza, humildad y devoción con que
os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 26. DOMINGO 22 de
marzo de 2020
Dolor de los pecados. ¿Qué
crimen tan brutal ha cometido este hombre, que ha tenido que pagarlo con una
muerte tan horrorosa?, preguntó un mahometano a un sacerdote refiriéndose a un
crucifijo que tenía en la mesa. - Él no cometió ningún crimen -respondió éste-;
era completamente inocente.
- Pues, ¿Quién lo clavó en
este madero?
- Fuimos nosotros los
hombres quienes lo hicimos con nuestros pecados -exclamó con tristeza el
sacerdote.
- Ahora comprendo - añadió
lleno de compasión el mahometano- por qué tienes siempre la imagen del
crucificado.
¿Has pensado alguna vez
que el pecado supone volver a crucificar al Señor? El Señor espera, una vez que
nos ha redimido, que le amemos con obras. Y amar a Dios supone también decirle
muchas veces: ¡lo siento! Procura, cuando vayas a preparar tu confesión, pedir
mucho perdón a Jesús por los pecados, y también pídele que te dé dolor por
ellos, dolor de amor.
Si tienes a mano un
crucifijo ahora, pue des hablar con Jesús en la Cruz comentando esto; Jesús,
que no me acostumbre a verte crucificado; cada vez que vea un crucifijo trataré
de acordarme de decirte: ¡Te amo!
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 27º. LUNES 23 de
marzo de 2020
No aceptar un
"no". "En septiembre de 1980 -cuenta la Madre Teresa de
Calcuta-, estuve en el Berlín Oriental, donde íbamos a abrir nuestra primera
casa en un país bajo gobierno comunista. Llegué de Berlín Occidental con una
hermana que debía quedarse allí para iniciar la labor. Habíamos solicitado el
correspondiente visado, pero como no nos lo habían concedido todavía, le
dijeron que sólo podría permanecer en el Berlín Oriental durante 24 horas; son
muy estrictos en eso... Así pues, nos pusimos a rezar "Acordaos" a la
Virgen, y al cabo de un rato, sonó el teléfono; no había nada que hacer: la
hermana tendría que volverse conmigo... Pero como nunca aceptamos un
"no" por respuesta, seguimos rezando y, al octavo
"Acordaos", volvió a sonar el teléfono, lo cogí y una voz dijo:
"Enhorabuena. Le han concedido el visado. Puede quedarse..." Le
habían concedido un visado de seis meses, lo mismo que a otras hermanas. Al día
siguiente, regresé a Berlín Occidental, dándole gracias a la Virgen".
Madre mía, auméntame la fe
y que me dé cuenta de que las cosas que son para bien de Dios o de los demás,
el "no" quiere decir "sigue rezando". Tú siempre nos
escuchas.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras.
Día 28º. MARTES 24 de
marzo de 2020
Apostolado. ¿Cuántos
amigos has acercado a Dios este mes? ¿Y este año? ¿Y el año pasado? ¿Y en toda
tu vida?
Mucha gente se piensa que
ayudar a otras personas a ser mejores cristianos es tarea de sacerdotes y
religiosos. ¡Nada más falso! Antes de subir a los cielos, Jesús dijo que
debíamos ser testigos suyos hasta los últimos confines de la tierra. Ser
testigos suyos significa hablar de Dios a nuestros amigos, invitarles a ir a
Misa para recibir al Señor, preocuparnos y ocuparnos de su salud espiritual,
animarles a ser mejores cristianos en cosas concretas, ayudarles a confesarse
con frecuencia, rezar algo con ellos, y un larguísimo etcétera.
Puedes hablar ahora con
Jesús de 3 amigos tuyos, pedirle por ellos, y ver qué puedes hacer por
ayudarles para que se acerquen a Dios.
Día 29º. MIÉRCOLES 25 de marzo de 2020
Huellas en la nieve. En
Logroño; un diciembre especialmente frío; la ciudad cubierta de nieve. El beato
José María tiene unos 14 años y va camino del colegio. De pronto, algo llama
poderosamente su atención: -Pero... ¿qué es eso? ¡Son huellas de pies descalzos
que se alejan! ¿A quién pertenecerán?
A cierta distancia
descubre un religioso carmelita descalzo que se dirige a su convento, situado
en las afueras de la ciudad.
“¡Son suyas!, se dice José
María, ¡Pobre sacerdote! ¡Cuánto frío estará pasando!"
Este hecho le remueve el
corazón.
"Si ese carmelita es
capaz de sacrificarse así por amor a Dios, ¿qué es lo que yo debo hacer por Él?
Nadie se da cuenta, pero a
"partir de ese momento, siente grandes deseos de acercarse a Dios.
Comienza a oír la Santa Misa y a comulgar a diario; a confesarse más a menudo;
a ofrecer todos los días sacrificios por amor a Dios y a los demás."
Señor, y yo ¿qué deberé
hacer por Ti?
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 30º. JUEVES 26 de marzo de 2020
Presencia de Dios. La
madre que tiene el pequeño en la cuna, trabaja arreglando las cosas de la casa;
plancha, limpia..., pero siempre está pendiente del hijo. Esta madre tiene
presencia del hijo, no lo pierde de vista.
Lo mismo que esa madre
podemos hacer nosotros con el Señor. Mientras estudiamos, mientras hacemos
deporte, cuando estamos en clase, cuando vamos por la calle, a la hora de
comer, al meternos en la cama, y en todas las circunstancias en que nos podamos
encontrar, son situaciones en las que si nos empeñamos podemos hablar con el
Señor, decirle una jaculatoria, pedirle ayuda, etc...
Si no tienes concretada
una jaculatoria para repetir durante el día, la Cuaresma es buen momento para
hacerlo, porque así el señor se sentirá más acompañado y más querido. Alguna
jaculatoria puede ser: ¡Jesús te amo!, ¡Señor, perdóname porque soy un pecador!
Y los días anteriores ya han salido buenas ocasiones para decir jaculatorias:
al ver un crucifijo, visitar sagrarios cuando pasas cerca de una iglesia, al
hacer un sacrificio, cuando te vienen a la cabeza excusas para no mortificarte,
cuando ves que actúas con la ley del gusto.
Puedes hacer un poco de
examen para ver cómo vas en eso. Señor, yo quiero acordarme y decirte muchas
jaculatorias durante el día; recuérdamelo Tú. Y tú, ángel de mi guarda.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 31º. VIERNES 27 de marzo de 2020
Pureza. "Por defender
su pureza, San Francisco de Asís se revolcó en la nieve, San Benito se arrojó a
un zarzal , San Bernardo se zambulló en un estanque helado... Tú, ¿Qué has
hecho?", escribía el beato José María.
Así huyeron de las
ocasiones, y cortaron las tentaciones los santos. Tú, como ellos, tienes
tentaciones. Madre mía, que como ellos sea fuerte para no ponerme en ocasión de
pecado (no ver la tele solo, por ejemplo) y para cortar desde el principio las
tentaciones. Cuando las tenga, rezará un bendita sea tu pureza, y, así contigo,
seré más fuerte.
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 32º. Sábado 28 de marzo de 2020
¡Qué error compararse con
los demás! Pedro había sido un hombre muy favorecido por la vida. Había tenido
unos padres cariñosos y una niñez feliz. Su mente era despierta y siempre sacó
buenas notas. Tuvo éxito en la vida y su posición social era más que
desahogada. Se casó con una mujer guapa, excelente ama de casa y buena madre de
familia; además adoraba a Pedro a quien consideraba el mejor hombre del
mundo... En resumen: Que tuvo una existencia feliz, en una atmósfera tranquila,
libre de tensiones y de frustraciones. Su vida, pues, había sido irreprochable,
gozando de una merecida buena reputación.
La vida de Juan había sido
otra cosa. Tuvo una juventud amarga, pues sus padres se llevaban mal, discutían
constantemente y amenazaban con separarse. Fuese por sus taras emocionales,
fuese porque no era demasiado inteligente, sus notas eran casi siempre malas.
Obtuvo a duras penas un título universitario casi por condescendencia, y luego
un modesto empleo, justo para malvivir. Sin posibilidades para ahorrar, temía
siempre caer enfermo o sufrir un accidente grave. Había vivido en un barrio
modestísimo, ruidoso y poco recomendable, con casas antiguas y apiñadas. Su
mujer era apática y además gruñona. Tal vez por eso Juan bebía demasiado,
perdía los nervios con frecuencia y decía palabras malsonantes.
Ambos eran católicos y
cumplían con sus deberes religiosos. Pedro iba a Misa y comulgaba a menudo;
Juan, sólo los domingos, las fiestas de guardar y algunas otras fiestas
señaladas. Dios se los llevó casi al mismo tiempo, y los dos comparecieron ante
Él para ser juzgados. Fueron ambos al Cielo, pero el juicio les deparó
sorpresas considerables. La de Pedro consistió en que no obtuvo el puesto que
se esperaba. "Sí, fuiste bueno -le dijo Dios-, pero ¿cómo no ibas a serlo?
Apenas tuviste contrariedades ni problemas. Tus pasiones eran por naturaleza
moderadas y no tuviste en tu vida fuertes tentaciones. Has sido un hombre
virtuoso, sí, pero debías haber sido un hombre santo.
Juan, por su parte, tuvo
una sorpresa todavía mayor, porque pasó por delante y quedó situado más alto.
Sin duda podías haber sido mejor -le dijo el Señor- pero, al menos, luchaste.
No te compadeciste en exceso de ti mismo y nunca tiraste la toalla. Teniendo en
cuenta tus insuficiencias y tus circunstancias, no lo hiciste mal del todo y
aprovechaste muchas de mis gracias...
Tú, ¿por quién te ves
representado? El Señor nos pide que seamos santos. No te compares con el resto
de la gente pues puede sucederles lo que a Juan. Jesús, que sólo me compare
contigo y que te imite en todo.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 33º. DOMINGO 29 de marzo de 2020
Perdonar siempre. Un día,
la Madre Teresa de Calcuta, encontró sobre un montón de basura una mujer
moribunda que le dijo que su propio hijo la había dejado abandonada allí. La
Madre la recogió y la llevó al hogar de Kalighat. Aquella mujer no se quejaba
de su estado sino de que hubiera sido su propio hijo quien la dejó allí. No
podía perdonarle... La Madre Teresa, que quería que aquella mujer muriese en
gracia de Dios, trataba de convencerla:
¿Debe perdonar a su hijo?
le decía. Es carne de su carne y sangre de su sangre... Sin duda hizo lo que
hizo en un momento de locura y ya estará arrepentido... Pórtese como una
verdadera madre y perdónelo... Si ha pedido a Dios que le perdone sus pecados
debe perdonar el que su hijo cometió con
usted. Si lo hace, Dios
recompensará su generosidad con un lugar en el Cielo. La mujer se resistía,
pero la gracia terminó venciendo. -Le perdono, le perdono... dijo por fin
llorando. Poco después moría.
Dios mío, dame gracia y
amor para perdonar siempre: que ningún día me acueste guardando rencor a
alguien, aunque me parezca que tengo motivos. ¡Me has perdonado Tú a mí!
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 34º. LUNES 30 de marzo de 2020
Dolor de los pecados
porque pensaba en ti. "¡Qué dolor de muelas! No puedo estudiar, ni leer,
ni jugar, y ni siquiera puedo dormir ", se quejaba desconsoladamente.
Alguna vez habrás tenido dolor fuerte de algo, ¡qué pesadilla!
Pues bien, el dolor de los
pecados NO es así. Para perdonarnos en la confesión Dios nos pide dolor, y este
dolor consiste en tres cosas: 1) reconocer que se ha pecado voluntariamente; 2)
desear no haberlo hecho; 3) querer no volver a hacerlo y, para ello, poner los
medios oportunos.
Es bueno que fomentes y
busques el dolor de ¡os pecados. Cristo, como Hombre que era, padeció todos los
sufrimientos de su Pasión hace muchos siglos. Pero como Dios es eterno, no
tiene tiempo: no hay para El un antes y un después. Todo está presente ahora
delante de El. Es igual el año 580 que el 1990 o el 3150.
Y en el año 30, cuando
cargó con la cruz, y le atravesaron sus manos y pies con clavos, etc., tenía
presente en su cabeza divina todo lo que yo -y cualquier otro hombre- hacemos
ahora y en cualquier otro momento de la historia. Por eso en el año 30 PENSABA
EN TI, Y TU ESTABAS PRESENTE EN LA PASIÓN.
Dame, Señor, dolor de mis
pecados. Dolor de amor. Lo que yo hago te afecta. Tú pensabas en mí en tu pasión.
Y cada día, en cada misa, renuevas tu pasión. Y la renuevas pensando en mí.
Gracias, y auméntame el dolor de mis pecados
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 35º. MARTES 31 de
marzo de 2020
¿Puedo ayudarte en algo,
Dios mío? En una obra del escritor brasileño Pedro Bloch encuentro un diálogo
con un niño que me deja literalmente conmovido.
- ¿Rezas a Dios? -
pregunta Bloch.
- Sí, cada noche -
contesta el niño.
- ¿Y qué le pides?
- Nada. Le pregunto si
puedo ayudarle en algo.
Y ahora soy yo quien me
pregunto a mí mismo qué sentirá Dios al oír a este chiquillo que no va a Él,
como la mayoría de los mayores, pidiéndole dinero, salud, amor o abrumándole de
quejas, de protestas por lo mal que marcha el mundo, y que en cambio, lo que
hace es simplemente ofrecerse a echarle una mano, si es que la necesita para
algo.
Que muchos días le reces
así a Dios.
Coméntale a Dios con tus
palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Día 36º. MIÉRCOLES 1 de abril de 2020
Sé fiel en lo poco.
Plinio, un escritor romano de la antigüedad, cuenta que unos sicarios
asesinaron a un hombre que tenía un perro. El perro, que se había quedado sin
amo, permaneció junto al cadáver de su amo muchos días, para impedir que las
aves de rapiña o las fieras carroñeras lo devorasen.
Habla también de otro
perro de un ciudadano romano condenado a muerte, que no quiso alejarse de la
cárcel donde estaba preso su amo. Hasta después de¡ suplicio -añade- permaneció
junto al cadáver, manifestando su dolor con tristes ladridos. Y cuando el
cuerpo del amo fue arrojado al Tíber, se lanzó también al río, donde le vieron
emplear todas sus fuerzas para impedir que se hundiera el cadáver.
Es el instinto de los
animales. No podemos hablar de auténtico amor. Pero da la impresión de que
hasta las criaturas irracionales nos dan lecciones, nos exhortan a dar gracias,
a amar y ser fieles a los demás.
¿Eres tú fiel en lo poco?
¿Hablas mal de alguien que no está presente? ¿Cuándo quedas en algo, lo
cumples? ¿Dices siempre la verdad, aunque sea en tonterías? ¿Engañas en el
juego? Señor, que sea fiel en lo poco, que sea fiel a los demás y a Ti.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 37º. JUEVES 2 de abril de 2020
Gracia. Hace unos años dos
amigos que estaban haciendo vela cerca de Bakio fueron llevados por una
corriente mar adentro. Tan solo uno de ellos llevaba chaleco salvavidas y éste
preguntó a su amigo: "¿Estás en gracia?". El otro reconoció que no, y
el primero le dio su salvavidas porque él tenía a Jesús en el alma: Si se
ahogaba iría al Cielo.
¿Te das cuenta de lo
importante que es estar en gracia, como este chico que se arriesgó a morir
ahogado para que su amigo pudiese vivir con Jesús en el alma?
Jesús dijo que Dios vive
en el alma que está en gracia: vive conmigo ayudándome, dándome luz para
entender, fuerza para luchar y vencer, deseos buenos, amor y comprensión, etc.
Viviendo Dios en mí, Dios me da una vida nueva y distinta. Por eso, vivir en
gracia es lo más importante: porque es vivir con Dios.
Pide que tus amigos y
familia vivan siempre en gracia de Dios.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 38º. VIERNES 3 de abril de 2020
Desanimarse es una
tontería. Escucha el consejo que da el barrendero a Momo: "Cuando barro,
las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan
terriblemente larga que crees que nunca podrás acabar. Y entonces te empiezas a
dar prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más
corta. Y te esfuerzas más todavía, al final estás sin aliento. Y la calle sigue
estando por delante... Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez
¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente.... entonces es
divertido... de repente uno se da cuenta de que, paso a paso, se ha barrido
toda la calle."
Ser santo, amar mucho a
Dios... cualquier meta se alcanza siempre. Consiste en dar un paso cada día;
por eso, no te desanimes nunca: haz bien hoy las pequeñas cosas de¡ día.
¡Qué no me desanime,
Señor, que es una tontería! Poco a poco, con pequeños pocos, conseguiré hacer
realidad las cosas grandes que quiero - y Tú también quieres - en mi vida.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 39º. SÁBADO 4 de abril de 2020
Cámbiate por Jesús.
Barrabás es un personaje del evangelio que no parece muy importante, pero si
nos fijamos, cada uno de nosotros estamos representados por él. Cuando Barrabás
iba a morir por haber matado a un soldado, Jesús apareció y le cambiaron por él,
y murió Jesús en vez de Barrabás. El Señor se cambió por cada uno de nosotros
para que no muriéramos a la vida del alma y para que pudiéramos nacer de nuevo
a la vida de la gracia después del pecado, nacer a la vida para poder ir
también al cielo. Todo lo que hizo fue para que tuviéramos la oportunidad de
amarle.
Y los hombres hemos pagado
ese amor tuyo, Señor, con pecados y faltas de amor. Jesús sabía que íbamos a
pagarle así, que íbamos a serle desagradecidos, y aun así decidió entregarse
para que le amáramos.
Puedes imaginarte ahora
tú, cambiándote por Jesús en la Cruz de cada día: faenas que te hacen, enfados,
cosas que no te salen, pequeñas contrariedades... y coger así tu cruz de cada
día llevándola con alegría.
Continúa hablándole a Dios
con tus palabras
Día 40º. DOMINGO 5 de abril de 2020
Es necesario dar Gloria a
Dios. Los discípulos "trajeron la borrica y el pollino, y pusieron sobre
ellos los mantos, y encima de ellos montó Jesús. La mayor parte de la gente
desplegaban sus mantos por el camino, mientras que otros, cortando ramas de
árboles, los extendían por la calzada. La multitud que le precedía y la que le
seguía gritaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en
nombre del señor! ¡Hosanna en las alturas!" (Mt 21, 7,9).
¡Cómo alaban a Dios!
Alabar a una persona es decirle, ¡qué bien has hecho esto!; o qué buen amigo
eres; o alguna otra afirmación por el estilo.
Alabar significa que se
reconoce algo bueno como bueno; que se valora, y que se dice a quien lo ha
hecho o a quien pertenece. Esto es un gozo para quien lo escucha y para quien
lo dice (si lo dice sinceramente, y no para sacar algún beneficio).
Alabar a Dios es una
obligación para toda criatura. Es bueno que alabes muchas veces a Dios: que le
digas lo bueno que es, que agradezcas lo bien que ha hecho esto o aquello, la
belleza del mundo, etc. Y que cuando reces el gloria, lo hagas con esta
intención.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo; como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos. Amén
Continúa hablándole a Dios con tus palabras
Texto
del Padre José Pedro Manglano Castellary